Colocamos un bol sobre un cazo con agua casi hirviendo. En el bol vamos a fundir el chocolate y la mantequilla al baño maría a un fuego no demasiado alto, sin que el bol toque el agua. Cuando esté fundido lo dejamos entibiar un poco.
Separamos las claras de las yemas. Reservamos las yemas y montamos las claras a punto de nieve en un bol con la batidora de varillas con una pizca de sal.
En el bol donde hemos fundido el chocolate y la mantequilla sin lactosa, añadimos el azúcar y removemos bien para disolverla. Añadimos también la almendra molida y mezclamos.
Después añadimos las 6 yemas integrándolas bien con un poco de extracto de vainilla.
Sobre esa mezcla vamos a añadir un poco de las claras montadas para aligerar la mezcla e igualar texturas (para luego añadir el resto de las claras mucho más fácil). Mezclamos enérgicamente. Después incorporamos el resto de las claras montadas en varias tandas con movimientos envolventes y con delicadeza para que no se bajen.
Por último añadimos una pizca de sal y mezclamos.
Pasamos la mezcla a un molde de 20 cm. que ya habremos engrasado y con una base de papel de hornear, para que luego sea más fácil desmoldarla. Y la metemos al horno precalentado a 170ºC durante 35 minutos.