Del medio litro de leche sin lactosa reservamos un poquito (unos 50 ml.) para disolver los 20 gr. de maizena. El resto lo ponemos a calentar con la piel de medio limón y una ramita de canela partida en varios trocitos para darle sabor y aromatizar la leche.
Mientras vamos separando las claras de los 4 huevos y nos quedamos sólo con las yemas y las colocamos en un cuenco mediano removiendo para mezclarlas bien con el azúcar y la maizena disuelta en la leche.
Vertemos en este bol la leche caliente colándola en un colador para que no caigan trozos de canela ni piel de limón en dos tandas, mezclando bien la leche con las yemas.
Ponemos todo de nuevo al fuego medio y vamos removiendo durante unos minutos sin parar hasta que la mezcla espese y tengamos la consistencia adecuada de la crema.
La vertemos sobre el cuenco donde vayamos a servirla y la dejamos enfriar a temperatura ambiente antes de meterla un par de horas en la nevera.
Cuando esté bien fría la crema, antes de servir espolvoreamos azúcar por encima y la quemamos con un soplete o una pala quemadora hasta que quede una costra dura y dorada.
