• En una cazo añadimos la leche sin lactosa, la nata sin lactosa, el azúcar, una pizca de sal y la raspadura y la propia vaina de vainilla. Ponemos calentar removiendo de vez en cuando.
• Cuando comience a hervir retiramos del fuego y lo dejamos reposando unos veinte minutos para que pierda temperatura.
• Batimos las yemas muy bien en un cuenco grande. Cuando la mezcla haya entibiado la vertemos sobre sobre las yemas, retirando la vaina de vainilla. Removemos bien para mezclarlo.
• Volvemos a incorporar todo al cazo para calentarlo de nuevo a fuego lento unos cinco minutos hasta que espese ligeramente como unas natillas sin parar de remover. Retiramos del fuego y dejamos enfriar.
• Cuando ya esté totalmente frío lo vertemos en un recipiente para meterlo en el frigorífico unas 4 horas para que se asienten bien los sabores.
• Cuando haya pasado ese tiempo, lo sacamos del frigorífico y si no tenemos heladera, vamos a introducir el recipiente en el congelador durante unas 4 horas, sacándolo a intervalos de media hora para remover y evitar la cristalizacion.

Topping de nueces de macadamia caramelizadas

• Para hacer el caramelo ponemos el azúcar y el agua en una sartén y dejamos que se vaya derritiendo a fuego medio sin a tocarlo ni removerlo. Cuando coja un color ámbar, mezclamos bien y lo retiramos del fuego.
• Añadimos las nueces machacadas en trocitos pequeños al caramelo ya fuera del fuego y las removemos para mezclarlas bien.
• Servimos el helado con el topping de nueces de macadamia caramelizadas y un poco de caramelo líquido.