Retiramos la parte dura de los espárragos y los lavamos bien. Escaldamos los espárragos en una olla con agua hirviendo para ablandarlos un poco. Pasado un minuto, los escurrimos y los dejamos entibiar.
Para hacer las gavillas formamos grupos de seis espárragos y los rodeamos de una loncha de bacon bien ajustada, clavando un palillo de madera a modo de alfiler para fijar el bacon a los espárragos.
Para preparar el rebozado ponemos en un bol harina y añadimos agua muy fría removiendo hasta que nos quede una masa espesa, algo ligera y sin grumos. Añadimos sal al gusto.
A continuación, pasamos la gavilla por la tempura, de una en una, empapándola bien. Dejamos escurrir el exceso de tempura y finalmente las freímos en una sartén con aceite bien caliente un par de minutos hasta que la masa de la tempura esté dorada.
Gelatina de ajoblanco
Hidratamos las láminas de gelatina en un bol con agua fría durante unos minutos.
Calentamos a fuego bajo la sopa de ajoblanco sin dejar que hierva. Cuando haya cogido cierta temperatura añadimos las láminas de gelatina ya hidratadas y las disolvemos en el ajoblanco con unas varillas. Retiramos del fuego y dejamos enfriar a temperatura ambiente.
Pasamos el ajoblanco a una fuente o molde de paredes bajitas y lo metemos en la nevera un par de horas hasta que haya cuajado.
Cuando la gelatina ya tenga una densidad consistente, con ayuda de un cortapastas de alguna forma original vamos cortando porciones de ajoblanco y sacándolas sin romperlas.
Presentamos el plato poniendo una gavilla en el plato, un poco de kétchup a un lado y un par de porciones de gelatina decorada con cebollino.
Notas
Podemos rodear las gavillas con jamón serrano y queso sin lactosa