Para hacer la crema del relleno, añadimos en un bol el queso mascarpone, la nata muy fría, el azúcar glas y opcionalmente, una cucharadita de vainilla. Batimos con varillas eléctricas hasta que la crema esté bien montada.
Picamos los 300 g. de fresas en trocitos pequeños y las mezclamos bien con la crema. Reservamos este relleno en la nevera cubierto con papel film.
Para montar la tarta, primero tenemos que forrar las paredes de un molde desmoldable de 18 cm de diámetro, con 24 bizcochos savoiardi, mojados muy ligeramente en leche (que apenas empapen) y puestos de pie, con la cara azucarada hacia afuera.. Para ello tendremos que cortarle a todos la puntita redondeada de abajo. Primero cortamos uno y con esa misma medida cortamos el resto, para que se puedan quedar apoyados de pie y queden de la misma altura.
Al ir poniendo los bizcochos de pie, tendremos que ir poniendo a la vez los bizcochos tumbados en la base, para que los de la pared no se caigan. Los bizcochos de la base sí los mojaremos un poco más en la leche. Llenamos los posibles huecos con trocitos de bizcocho mojados.
Cuando tengamos la primera base, añadimos sobre ella la mitad del relleno de crema, extendiéndolo bien. Volvemos a añadir otra segunda capa de bizcochos mojados en leche, rellenando los posibles huecos con trocitos de bizcocho.
Añadimos la otra mitad de la crema y cubrimos con una capa final de bizcochos mojados en leche.
Quitamos el tallo a unas 14 fresas y las cortamos por la mitad. Las vamos colocando en la parte superior de la tarta, a modo decorativo. Excepto una fresa que la dejaremos entera hacia arriba para ponerla en el centro.