Picamos el ajo muy finito y el pimiento, cebolla y los tomates pelados en trozos medianos. Picamos también las patatas en gajos.
En una cacerola con suficiente aceite de oliva en la base vamos a dorar todo el pollo a fuego medio-alto. Lo retiramos.
A fuego medio sofreímos el diente de ajo, y antes de que tome color añadimos la cebolla y el pimiento.
Pasados unos minutos añadimos también una de las tres patatas cortadas en gajos. Añadimos sal y pimienta negra molida y lo sofreímos todo hasta que la verdura esté pochada.
Añadimos de nuevo el pollo a la cacerola y ponemos el tomate y las hojas de laurel. Volvemos a añadir un poco de sal y pimienta y sofreímos todo hasta que el tomate esté líquido, unos cinco minutos, removiendo para que no se agarre.
Vertemos una copa y media de vino blanco y dejamos que evapore el alcohol un minuto.
Añadimos el caldo de pollo hasta que cubra el pollo y lo dejamos guisándose a fuego medio-bajo.
Sacamos un poco de caldo en el mortero y dejamos infusionando el azafrán, removiéndolo un poco. Lo añadimos a la cacerola para potenciar el color.
Dejamos el caldo reduciéndose a fuego medio al menos 40 minutos o una hora hasta que quede una salsita espesa. Retiramos del fuego.
Freimos las otras dos patatas y las añadimos al asaillo, o las servimos aparte.