Pelamos la calabaza y le quitamos todas las pepitas. La cortamos en trocitos medianos y la ponemos en un bol de vidrio con tapa apto para microondas, donde la asaremos durante 8 minutos a 800W. Cuando esté asada, la trituramos con ayuda de un tenedor o de un pasapurés. Apartamos 300 gr. de calabaza asada.
En un bol batimos los 4 huevos con el azúcar durante un par de minutos y después incorporamos el aceite (100 gr. de girasol y 25 gr. de oliva) y continuamos batiendo unos cuatro o cinco minutos hasta que la mezcla esté espumosa.
Después incorporamos 1 cucharadita de canela, media de nuez moscada y media de jengibre. También incorporamos el gasificante, la calabaza asada y una pizca de sal. Mezclamos todo bien batiendo un rato y por último incorporamos la harina tamizándola en varias tandas, y mezclando con movimientos envolventes.
Cuando esté todo bien integrado lo incorporamos al molde que habremos engrasado, o forrado de papel vegetal. Le damos un par de golpecitos al molde contra el suelo para que las burbujitas de abajo suban.
Lo horneamos en el horno que habremos precalentado al menos 10 minutos antes a 180ºC, durante 45-48 minutos (lo vamos pinchando para ver si todavía está crudo. Lo dejamos enfriar antes de demoldarlo.