Añadimos un poco de aceite de oliva por toda la superficie de una sartén donde sofreiremos durante un minuto un diente de ajo bien picadito.
Lavamos y pelamos los tomates, quitándoles el tallo. Y los trituramos con una batidora.
Antes de que llegue a dorarse el ajo incorporamos el tomate triturado y lo sofreímos a fuego medio o lento para que los tomates saquen todo su jugo durante al menos unos 40 minutos
Le añadimos un poquito de sal y pimienta negra molida para ayudar a pocharse el tomate, y una cucharadita de azúcar para corregir la acidez. Cuando esté listo, y haya reducido, apartamos del fuego.
Pollo con tomate
En una cazuela, cubrimos toda la superficie con aceite de oliva donde sofreiremos tres dientes de ajo enteros y sin pelar.
Antes y de que se doren los ajos incorporamos el pollo cortado en trocitos (tanto las pechugas como los muslos) y a fuego medio-alto lo sofreímos muy bien 20-30 minutos con un poquito de sal y pimienta, hasta que veamos que está bien tostado y removiendo de vez en cuando.
Cuando esté listo (si queremos podemos quitar exceso de aceite de la cazuela) incorporaremos la salsa de tomate y a fuego medio bajo dejaremos un par de minutos que la salsa se integre bien con el pollo.