En un bol añadimos los cuatro huevos, uno a uno, los 100 gr. de azúcar, unas gotitas de esencia de ron (si no tenéis, vale esencia de vainilla) y una pizca de sal.
Lo batimos durante cinco minutos hasta que aumente el volumen el triple.
Vamos incorporando la harina tamizándola. Esto es lo más importante, porque debemos incorporarla con movimientos envolventes suavemente para que no se baje el huevo montado, mezclando muy bien para disolver completamente la harina.
Vertemos el bizcocho en un molde engrasado o forrado de papel vegetal.
Dejamos reposar la mezcla 5 minutos antes de meterla al horno a 180º durante unos 20 minutos o hasta que esté bien cocido.
Cuando esté listo, dejamos el bizcocho enfriar a temperatura ambiente un par de horas y cuando esté frío, lo desmoldamos y lo cortamos con la ayuda de un cuchillo de sierra para pan o una lira, en dos o tres capas.