En un bol tamizamos la harina con media cucharadita de sal, media de bicarbonato y media de levadura.
En otro bol ponemos la mantequilla sin lactosa a temperatura ambiente y la trabajamos durante unos 20 segundos con la batidora de varillas a velocidad baja.
Una vez ablandada le incorporamos el azúcar moreno y el azúcar blanquilla y batimos bien durante unos cinco o seis minutos hasta obtener una mezcla homogénea.
En un cuenco aparte batimos ligeramente un huevo XL a temperatura ambiente con una cucharadita de esencia de vainilla, y se lo incorporamos a la mezcla. Seguimos batiendo a velocidad baja otro par de minutos para integrar bien el huevo.
Añadimos en dos tandas la harina que teníamos tamizada, mientras mezclamos con una cuchara de madera. No hay que trabajarla demasiada para que las galletas no queden duras.
Una vez bien incorporada la harina, añadimos las pepitas o chunks de chocolate a la masa y los mezclamos bien. Opcionalmente también podemos añadir nueces machacadas grosamente.
Con el horno ya precalentado a 180ºC vamos dándole forma a las galletas. Para ello ponemos papel vegetal a una bandeja de horno, y con nuestras palmas de las manos humedecidas de agua para que no se nos pegue la masa, vamos haciendo bolitas medianas. Colocamos unas doce bolitas en cada horneada (3 x 4) con una separación de unos 3 cm. entre galleta y galleta para que al hornearse no se toquen las unas a las otras. Para darle un mejor efecto final, podemos hincarle a cada bolita dos o tres pepitas de chocolate por encima.
Una vez bien precalentado el horno, metemos la bandeja unos 16 minutos (el tiempo depende del tamaño de la galleta y del horno), hasta que estén doraditas.
Conforme vamos horneando distintas tandas (con estas cantidades nos saldrá para tres bandejas), las dejamos enfriar sobre una rejilla.