Las láminas de pasta brick suelen venir en forma de círculo, y para hacer los crujientes de morcilla les vamos a dar forma de triángulo. Cortamos en dos el círculo y quedarán dos triángulos para cada comensal.
De esta media parte, solapamos la media luna hacia el único borde recto que ha quedado, dejando la media luna a ras del borde, de manera que quede todo un rectángulo. Introducimos la morcilla desmigada y sin piel (previamente salteada durante unos segundos) en el hueco que se ha formado debajo de la media luna.
Ahora cogemos la esquina superior izquierda y la llevamos hacia el filo inferior. Ya tenemos el primer triángulo. Seguimos solapando hacia abajo varios dobleces hasta que sólo quede espacio para el último pliegue que va en dirección contraria cerrando el triángulo.
Una vez montados todos los triángulos, los metemos al horno a 180º entre 15-20 minutos.
Podemos presentar el plato sirviendo un par de cucharadas de crema de pimientos del piquillo y colocando encima un par de triángulos de morcilla. Por último espolvoreamos perejil seco por encima.