Lavamos bien el arroz en un colador para quitarle el almidón, y lo vamos a poner en un cazo. Vertemos un poco de agua hasta que cubra el arroz y lo hervimos durante unos dos o tres minutos hasta que absorba el agua. De esta manera, el arroz quedará más suave.
Por otro lado, ponemos un litro de leche a calentar en una cazuela con un par de palitos de canela, la piel de un limón y la piel de una naranja, procurando al pelar los cítricos evitar cortar la parte blanca del interior de la piel, ya que da un sabor amargo.
Cuando comience a hervir, incorporamos el arroz y bajamos la temperatura a fuego medio-bajo y lo cocemos durante unos 15 minutos removiendo de vez en cuando.
Tras 15 minutos incorporamos el azúcar y seguimos hirviéndolo a fuego lento otros cinco minutos más aproximadamente removiendo más continuamente y con cuidado de que el arroz no se pegue, hasta que ya esté cocido. Debe quedar algo líquido porque al enfriar el arroz sigue absorviendo leche y quedaría muy seco.
Opcionalmente podemos añadir una cucharada de margarina vegetal al verter el arroz en la leche para hacerlo aún más cremoso.
Cuando esté listo, lo dejamos reposar unos cinco minutos, en los que el arroz seguirá absorbiendo leche, y después de extraer las cáscaras de limón y naranja y la canela, lo servimos en cuencos individuales espolvoreando por encima canela molida.
Lo dejamos enfriando en la nevera un par de horas antes de consumir.