Cortamos la cebolla en una juliana (en tiras) muy fina y los ajos en trocitos pequeños.
En una cacerola con suficiente aceite de oliva en la base, marcamos un par de minutos las salchichas a fuego medio fuerte hasta que estén doradas por fuera. Las retiramos y resevamos.
En ese mismo aceite, a fuego más bajo, sofreímos el ajo hasta que empiece a dorarse.
Añadimos la cebolla también y la pochamos a fuego medio bajo con sal y pimenta molida hasta que casi llegue a caramelizarse (podemos tapar la cacerola).
Añadimos la pimienta en grano, el laurel, las hierbas aromáticas y una cucharadita de pimentón, y lo sofreimos unos segundos para que no amargue.
Añadimos de nuevo las salchichas y las mareamos un par de minutos junto al sofrito.
Vertemos la cerveza tibia a la cazuela y la dejamos el primer minuto a fuego fuerte para que se evapore el alcohol.
Bajamos el fuego y lo dejamos reducir unos 25-30 minutos hasta que la salsa espese.